Fuente "La Nación"
"Rubén Ravera cree, justamente, que el trueque funcionó como pacificador para evitar mayores desbordes. "De aquello no nos sacó precisamente el Código de Comercio", grafica Ravera, uno de los organizadores de la Red Global del Trueque, un sistema que venía funcionando desde marzo de 1995 en Bernal, pero que estalló después de 2001. Ravera recuerda haber dormido poco y nada en lo peor de esa época, sobrepasado por la demanda y las necesidades de la gente. "En pocos meses pasamos de tener entre cuarenta mil y cincuenta mil usuarios a dos millones y medio sólo en nuestra red. Y el público era de lo más heterogéneo: desde quien se había quedado sin un plan Trabajar hasta el que tenía sus ahorros en el corralito y llegaba con un buen auto." Lo cierto es que, a su modo de ver, el legado del trueque trascendió ampliamente su función primordial: "Ahí donde había desesperanza, incertidumbre y hasta ira, el espacio del trueque funcionó como pacificador, apaciguando el clima que podría haber propiciado mayores conflictos. Sacando lo mejor de cada uno, lo que uno podía ofrecer a los demás, resaltando valores como la solidaridad, el emprendedorismo y la autogestión." Hoy en día, el público que asiste a los nodos apuesta por el consumo consciente. "Es un público más underground, que se pregunta qué impacto tiene lo que consume y apuesta al desarrollo sustentable", describe. Paralelamente, este museólogo con inquietudes ecológicas da charlas junto a los otros coordinadores vía Skype a diferentes pueblos europeos que le buscan la vuelta a la crisis. "Yo aspiro a que el trueque se transforme en una especie de Cruz Roja económica que, a la manera de los cascos blancos o la Cruz Roja, esté disponible en momentos de crisis."
Fuente "La Nación"
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